Adolescente Víctima de Violencia y Tortura por Parte de la Policía de Formosa
Lo que debería haber sido una tranquila mañana de sábado se transformó en un episodio de terror para un grupo de adolescentes en la localidad de Cabo Primero Lugones. La intervención policial, encabezada por el oficial Galarza y el sargento Juan Ismael Ramírez, ha desatado una ola de indignación y protestas, tras conocerse detalles de los brutales métodos empleados por los agentes para someter a los jóvenes.

En un alarmante episodio de abuso de autoridad, la policía de la localidad de Cabo Primero Lugones, en Formosa, ha sido acusada de llevar a cabo un brutal e injustificado ataque contra un grupo de adolescentes. Este hecho no solo reaviva las críticas existentes contra la policía local, a la que muchos tildan de "militante, partidaria y represiva", sino que también le suma un nuevo mote: "Garrotera".
El incidente ocurrió el sábado por la mañana, en pleno centro de la localidad y a la luz del día. Los agentes, bajo las órdenes del oficial Galarza y el sargento Juan Ismael Ramírez, interceptaron a un grupo de jóvenes que regresaban de una fiesta familiar. Según denuncias, los policías intentaron forzar a los adolescentes a subir al vehículo policial, empleando métodos violentos y humillantes: los golpearon con una guacha, les propinaron golpes en el estómago, y utilizaron técnicas de asfixia. También torturaron a los jóvenes apretando sus extremidades con una pinza improvisada entre la puerta y el marco de la camioneta.
El abuso policial culminó con los adolescentes tirados en la calle de ripio, severamente golpeados. Posteriormente, fueron trasladados a la comisaría y al hospital, mientras los padres, amigos y vecinos, indignados, clamaban por justicia y exigían la suspensión inmediata de los oficiales involucrados. "No podemos permitir que quienes deben protegernos se conviertan en agresores de nuestros hijos", declaró un líder comunitario.
Un Sistema Sanitario y Judicial Cómplice
Uno de los jóvenes sufrió heridas graves: un pómulo hinchado, la espalda marcada por los guachazos, y una pierna casi rota debido a la presión ejercida por la puerta del patrullero. Sus padres, buscando justicia, contactaron al abogado de Las Lomitas, Carlos Alberto Palavecino Giménez, y solicitaron un certificado de lesiones al doctor Roberto Cosio de Lugones. Sin embargo, el médico se resistió a constatar los golpes, ofreciendo un examen superficial que no reflejaba la magnitud de la golpiza.
"No me comprometan"
Desconfiando tanto de la policía como del informe médico local, los padres decidieron trasladar a su hijo hasta la localidad de San Martín 2, a 30 km de Lugones, en busca de una certificación adecuada. Aunque lograron que el doctor F. B. certificara parcialmente las lesiones, el médico evidenció el temor generalizado existente entre los ciudadanos de verse involucrados en denuncias contra la policía o las autoridades provinciales. "No me comprometan", imploró, reflejando el miedo de la comunidad a enfrentar a quienes ostentan el poder.
Al conocer que la contravención fue trasladada a la comisaría de Güemes, los familiares, con el apoyo de un abogado en Las Lomitas, se vieron obligados a radicar la denuncia a 120 km del lugar de los hechos.
Indignación en redes sociales

Las reacciones de los vecinos en redes sociales no se hicieron esperar: "Vergüenza total!!! En Cabo Primero Lugones la supuesta fuerza de seguridad y la salud son un desastre total!!! Manga de corruptos!!! Cobardes, no tienen nombre, masacradores de adolescentes", denunció un usuario en Facebook, reflejando el sentir de una comunidad que ya no tolera la impunidad. "Cuando la vida o la justicia divina les pase factura con sus hijos, mastiquen y traguen", escribió otro, mostrando el nivel de frustración y enojo entre los ciudadanos.
Un Llamado a la Justicia y a la purga policial
El adolescente agredido, actualmente bajo atención médica y psicológica, representa el rostro más reciente de un problema que ha generado crecientes críticas hacia la policía de Formosa. Este incidente ha puesto en evidencia la profunda crisis de confianza en las instituciones encargadas de la seguridad y la justicia en Formosa. La comunidad debe unirse en su demanda de justicia, esperando que este y otros tantos casos impunes marquen un punto de inflexión en la lucha contra la violencia policial y los abusos de poder del estado provincial.
Según informaron familiares, "el adolescente se encuentra actualmente bajo atención médica y psicológica debido a las lesiones físicas, la humillación y el trauma emocional sufrido".