Intendenta de Pirané despide sin contemplaciones a dos municipales por 10 litros de combustible usados para lavar un motor y comprar pan
En medio de una crisis social y económica que afecta a Pirané, la intendenta Yessica Palacios ha decidido despedir de manera fulminante a dos empleados municipales, acusándolos de haberse robado 10 litros de combustible. Esta drástica medida llega en un contexto de sueldos miserables y de crecientes denuncias por corrupción, despilfarro de fondos públicos en campañas políticas y de un preocupante clientelismo que parece estar marcando las gestiones de los Intendentes Gildistas.

El hecho que desencadenó los despidos, considerado menor por muchos vecinos de Pirané, se habría producido el pasado 6 de mayo. Uno de los trabajadores implicados, Juan Ramón Gauna, reconoció en una carta dirigida a la Intendenta que utilizó los 10 litros de combustible en cuestión: 5 litros para lavar el motor de un vehículo municipal, como al parecer es costumbre con autorización del jefe de residuos, y los otros 5 litros para intercambiarlos por un kilo de pan para él y su compañero. "Me encuentro arrepentido de mis hechos y dispuesto a aceptar mis consecuencias", escribió Gauna en su carta, en un tono humilde y conciliador, en un intento por recuperar su trabajo la clemencia de Palacios.
Sin embargo, la respuesta de la jefa comunal fue contundente: los empleados fueron despedidos sin derecho a defensa y sin contemplaciones. La dureza de la decisión ha provocado indignación entre los vecinos, quienes no entienden cómo, en medio de una situación social tan crítica, Palacios muestra una severidad desmedida hacia dos empleados que, según se interpreta de la carta, actuaron más por necesidad que por malicia. Mientras tanto, la intendenta no ha dado explicaciones claras sobre las acusaciones de corrupción, clientelismo y despilfarro de recursos públicos que rodean su administración.
Este incidente pone en evidencia la falta de empatía de la gestión actual ante la pobreza que golpea a muchos de los habitantes de Pirané. En una ciudad donde los salarios municipales apenas alcanzan para cubrir las necesidades básicas, resulta paradójico que la prioridad de la intendenta sea perseguir a dos empleados por una cantidad mínima de combustible, mientras las denuncias de corrupción, persecución política y mal manejo de fondos públicos siguen sin ser aclaradas.
¿Es este el liderazgo que necesita Pirané en estos tiempos difíciles? ¿Una gestión que castiga con dureza a los más vulnerables mientras se muestra indolente ante las serias acusaciones que la rodean? Los vecinos esperan respuestas claras, y sobre todo, un cambio de actitud por parte de Yessica Palacios, quien parece haber olvidado que la verdadera justicia social comienza por entender las necesidades y el contexto de su pueblo.
