El gildismo se recicla a sí mismo: listas a medida del blindaje y la impunidad
El Congreso del PJ en Formosa selló este sábado una lista de candidatos hecha a imagen y semejanza del poder: reelecciones eternas, impunidad blindada y apellidos que se repiten como marcas registradas del feudo.

🔴 "El gildismo no renueva: se recicla a sí mismo."
En un acto que pareció más un trámite administrativo que una verdadera deliberación democrática, el Congreso Provincial del Partido Justicialista rubricó este sábado 24 de mayo, en el Estadio Centenario de la ciudad de Formosa, las listas oficiales del gildismo para competir en las elecciones provinciales del próximo 29 de junio. El evento sirvió, una vez más, para confirmar lo que ya es una regla de hierro en la política formoseña: en la provincia no hay renovación, sino reciclaje de nombres al servicio de un modelo de poder que se niega a soltar el control.
🟥 "Blanca Denis vuelve agazapada como suplente, como si nadie recordara sus escándalos casos."
La sorpresa –o quizás ya ni eso– fue la ausencia del propio Gildo Insfrán en la lista de candidatos a Convencionales Constituyentes, a pesar de que desde su sectorhabian que él mismo encabezaría esa nómina. Arrugó. Prometió renovar la oferta electoral de su modelo, y no hizo ni lo uno ni lo otro. Ni se puso al frente, ni habilitó caras nuevas. En cambio, eligió refugiarse detrás del aparato, dejando que sean sus alfiles más fieles quienes salgan a la cancha a blindar el proyecto de eternidad.
Entre los candidatos a diputados provinciales vuelven a figurar –como si fueran imprescindibles– los ya conocidos legisladores Agustín Samaniego, Azucena del Valle, Rodrigo Vera, Estela Escobar y Rafael Navas. Todos buscan renovar sus bancas en la Legislatura sin el más mínimo gesto de autocrítica, ni apertura. La presencia de Blanca Denis como suplente completa el círculo vicioso: una figura denunciada públicamente, que ya había ingresado "agazapada" en listas anteriores, ahora repite la fórmula con total descaro.
🟥 "Edgar Pérez, copropietario de la narco camioneta, irá como convencional constituyente. ¿La justicia? Bien, gracias."
Pero si las listas a diputados resultan predecibles, las de Convencionales Constituyentes confirman la estrategia de blindaje institucional del régimen de Gildo Insfrán. Encabeza la nómina Graciela De La Rosa, acompañada de figuras como Rodrigo Vera y Grisel Insfrán. No sorprende la aparición de apellidos repetidos, ni la inclusión de funcionarios ultraoficialistas. Lo que sí genera indignación es la candidatura de Edgar Pérez, marido de la diputada Denis y copropietario del vehículo en el que fueron secuestrados cocaína y marihuana en un caso que terminó en la más descarada impunidad judicial y política.
Esta candidatura no solo desafía el sentido común, sino que expone con crudeza la estructura de poder en Formosa: una red cerrada, familiar, endogámica, que no rinde cuentas y que acomoda los cargos no según méritos, sino para preservar privilegios y complicidades.
🟥 "La política en Formosa ya no es representación: es herencia, complicidad y pacto de silencio."
La definición de estas listas deja en evidencia que el gildismo no busca representar a la ciudadanía, sino garantizarse continuidad, fuero y protección. No hay espacio para voces nuevas ni disidencias internas: solo hay lugar para quienes repiten el dogma del poder sin chistar.
En una provincia donde la reelección indefinida ya fue declarada inconstitucional por la Corte Suprema, el armado de estas listas confirma que el verdadero objetivo de la reforma constitucional que se pretende impulsar es seguir garantizando impunidad, controlar los resortes institucionales y mantener el statu quo que beneficia a una élite enquistada desde hace décadas.
🟥 "La reelección no es sólo de cargos, es de pactos, de impunidad y de privilegios."
Así, mientras en otras provincias se discuten programas, propuestas y rostros nuevos, en Formosa el oficialismo vuelve a mirarse el ombligo, confiado en que la maquinaria del clientelismo, el adoctrinamiento y la falta de alternancia seguirá sosteniendo un modelo que ya no resiste ni la crítica más tibia. Porque en el feudo, cambiar es un riesgo. Y el poder absoluto no se toca.