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Escándalo electoral : Petu Argañaraz usa Vialidad, el IPV y los fondos provinciales como si fueran suyos y para hacer campaña

En lugar de repartir volantes, montaron una estructura estatal paralela. Con máquinas de Vialidad, materiales del IPV y fondos del Ministerio de Economía, los candidatos del gildismo usan al Estado como herramienta de campaña electoral. Obsceno, descarado y con total impunidad.

En una muestra de obscenidad política pocas veces vista, la concejal y candidata a la reelección Petu Argañaraz, aliada directa del gobernador Gildo Insfrán, protagoniza una vergonzosa campaña electoral financiada descaradamente con recursos del Estado provincial. No se trata de un par de afiches, ni siquiera de la clásica recorrida casa por casa. Hablamos de un despliegue logístico propio de una obra pública: enripiado de calles, cuneteo, instalación de alcantarillas y operativos viales completos... todo pintado de azul PJ y el Rosa de la Petú.

"Petu Argañaraz convirtió la campaña en una obra pública: maquinaria estatal y fondos públicos al servicio del PJ"

El operativo de cooptación de votos disfrazado de "gestión territorial" se ejecuta con maquinaria vial de la Dirección Provincial de Vialidad (DPV) y otras unidades contratadas por el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), organismo que casualmente conduce su esposo, Marcelo Ugelli. A eso se le suman materiales y recursos gestionados a través del Ministerio de Economía de la provincia, es decir: plata de todos los formoseños puesta al servicio de dos vergonzosas candidaturas.

Junto a Argañaraz, aparece el también concejal Marcelo Sosa, denunciado por violencia de género y hoy buscando renovar su banca. Ambos avanzan sobre los barrios capitalinos como si fueran funcionarios municipales paralelos, llevando máquinas, promesas y propaganda, con un ejército de militantes ataviados con remeras, gorros, banderas y hasta unidades móviles identificadas con su propaganda electoral.

Con maquinaria del Estado y dinero de los contribuyentes, Petu Argañaraz y Marcelo Sosa hacen proselitismo disfrazado de gestión

Las máquinas del Estado —que deberían estar al servicio de toda la ciudadanía sin distinción política— llevan consigo carteles del PJ y consignas como "La Petú Concejal","El Modelo Formoseño presente", mientras los candidatos posan para las cámaras, declarando cínicamente que "esto no es una campaña, sino gestión". La prensa oficialista hace su parte: cobertura completa, entrevistas amigables y una construcción narrativa que busca disfrazar el clientelismo de planificación territorial.

"La política se hace con presencia y gestión", dijo Argañaraz sin pudor, como si no se tratara de una grosera apropiación de lo público para fines privados. Mientras tanto, en otros barrios de la ciudad, los vecinos siguen esperando con paciencia que les llegue aunque sea una pala de ripio, pero no tienen la suerte de vivir en una zona "priorizada" por el calendario electoral del gildismo.

"Gildismo en campaña: montan una municipalidad paralela para reventar urnas con recursos del Estado"

Lo que sucede en Formosa es grave: no solo por el uso descarado de bienes estatales en plena campaña, sino por la impunidad con que se ejecuta. No hay organismos de control. No hay prensa independiente en los medios públicos. No hay fiscales que actúen de oficio. Solo hay una maquinaria que se mueve aceitada con fondos públicos y que responde a un único objetivo: conservar el poder a cualquier costo.

¿Hasta cuándo los formoseños vamos a pagar con nuestros impuestos campañas obscenas para que los mismos de siempre sigan atornillados en sus cargos? ¿Cuánto más se puede naturalizar esta pornográfica utilización del Estado al servicio del Gildismo provincial?

Esto no es gestión. Esto es saqueo electoral disfrazado de trabajo social.