José Mayans, el senador del feudo que denuncia falta de justicia y pobreza desde la provincia donde más se violan los derechos
En una declaración cargada de cinismo político, el senador nacional José Mayans volvió a hacer gala de su hipocresía institucional: en declaraciones radiales a Splendid AM 990, denunció que "la Corte Suprema responde a un grupo económico" y que existe "una estrategia de proscripción" contra Cristina Kirchner. Lo hizo sin ruborizarse, siendo él mismo representante del régimen más autoritario y antirrepublicano del país: el de Gildo Insfrán en Formosa.

Mayans en modo barricada: victimización, delirios y amenaza institucional en nombre de Cristina
Mientras acusa a la Justicia nacional de ser "dependiente", Mayans calla —como hace décadas— sobre la realidad formoseña: en su provincia no existe división de poderes. El Poder Judicial es un apéndice del Ejecutivo, manipulado desde Casa de Gobierno, con jueces puestos a dedo, fiscales obedientes y causas cajoneadas. En Formosa, los fallos no se apelan: se bajan por teléfono.
Habla de pobreza... desde la provincia más desigual del país
Mayans también denunció el deterioro del poder adquisitivo y lanzó cifras infladas para dramatizar el escenario económico nacional: "La canasta básica está en 1.100.000 pesos. El que no gana eso es pobre; el que no gana 500 mil es indigente". Sin embargo, en su propio distrito, los trabajadores municipales cobran en promedio entre 200 mil y 250 mil pesos, y el salario base de la administración pública ronda los 800 mil pesos en el mejor de los casos... con sueldos en negro, adicionales arbitrarios y sin actualización real.
José Mayans no tiene autoridad moral para hablar de independencia judicial ni de pobreza
¿Dónde estaba Mayans cuando los docentes de Formosa tuvieron que cortar rutas para conseguir un aumento miserable? ¿Dónde estuvo mientras el gildismo pagaba los peores sueldos del país con fondos nacionales y se negaba a discutir paritarias?
La doble moral de Mayans no es solo ofensiva: es funcional al mantenimiento del poder absoluto de Insfrán, su jefe político, a quien jamás cuestiona, ni siquiera cuando persigue opositores, despide empleados por militar una boleta distinta, o reprime con balas de goma a comunidades originarias.
La victimización como estrategia electoral
Mayans asegura que "quieren presa a Cristina porque si se postula gana", como si los fallos judiciales fueran productos del miedo y no de investigaciones serias por corrupción. Con tono amenazante, comparó el escenario actual con el de 1945, sugiriendo que si la política no puede poner orden, lo hará la calle. Un llamado solapado a la desestabilización, típico del kirchnerismo cuando se ve fuera del poder.
Y para cerrar, volvió a usar la falacia preferida del relato: "Cristina va a arrasar en la Ciudad de Buenos Aires", dijo. ¿Con qué sustento? Ninguno. Pero el objetivo no es analizar datos, sino sembrar miedo, victimizar a los responsables del desastre económico y manipular la indignación social.
Conclusión:
José Mayans no tiene autoridad moral para hablar de independencia judicial ni de pobreza. Viene de una provincia donde la justicia no existe y los salarios estatales condenan a miles a la indigencia. Su discurso es una estrategia desesperada para blindar a Cristina Kirchner, mientras el país exige justicia real, salarios dignos y república, no más feudos disfrazados de democracia.