Insfrán desembarca en modo campaña en Las Lomitas con "inauguraciones", pero sin el intendente opositor ni autoridades locales
Este martes 18 de junio, el gobernador Gildo Insfrán llegará a Las Lomitas para encabezar una serie de inauguraciones de obras públicas financiadas con recursos públicos, sin la presencia del intendente Atilio Basualdo ni de ninguna autoridad municipal o del Concejo Deliberante, en un claro gesto de desprecio institucional y uso político de la gestión estatal.

🟡 "Con recursos públicos, Insfrán monta actos partidarios y excluye a las autoridades locales elegidas por el pueblo."
Las actividades, organizadas desde la gobernación en pleno calendario electoral, incluirán la presentación de refacciones en un centro de salud en el Lote 27, una escuela y jardín de infantes en el Lote 47, y las remodelaciones del Banco Formosa, el Registro Civil, las oficinas del SPAP y la Casa de la Solidaridad.
Desde el gobierno se insiste en que estas "concreciones" son posibles gracias al "Modelo Formoseño" y a una supuesta "decisión política" de Insfrán para sostener la obra pública en medio del ajuste nacional. Pero lo que no se dice es que estas obras se hacen "con la nuestra", es decir, con recursos coparticipables de nación que pertenecen a todos los formoseños y que se utilizan como herramienta de propaganda electoral.
🟡 "En Las Lomitas, el gobernador actúa como patrón de estancia: llega, inaugura y se va, sin rendir cuentas a nadie."
El mensaje implícito es contundente: si no estás con Insfrán, no existís. Ni como vecino, ni como autoridad electa, ni como institución legítima del pueblo . La exclusión deliberada de Basualdo —actual candidato a convencional constituyente por La Libertad Avanza, opositor a la reforma constitucional que busca perpetuar al gobernador en el poder— no es un olvido, es un acto de disciplinamiento político.
En vez de fortalecer la democracia, el oficialismo provincial sigue utilizando las obras como si fueran favores personales y no políticas públicas. La institucionalidad es barrida bajo la alfombra del marketing y la campaña.
El resultado es un Estado que se mueve al ritmo del apriete, el castigo y el clientelismo. En Formosa, no se gobierna: se impone. Y si queda alguna duda, basta ver cómo se inaugura "con la nuestra"… y sin el intendente.