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Sábado 21 de Junio, 2025
 
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El relato primero, la bandera después

Basterra aprovechó un acto patrio con niños para defender a CFK condenada por corrupción

Del símbolo patrio al culto a la impunidad. En el Día de la Bandera, el diputado nacional Luis Basterra desvió el eje institucional del acto oficial para reivindicar a Cristina Kirchner, condenada por corrupción, y al régimen autoritario de Gildo Insfrán. La jura de más de mil niños fue el telón de fondo para un discurso político cargado de negacionismo, propaganda y culto a la impunidad.

Jura de lealtad al kirchnerismo: Basterra convirtió el Día de la Bandera en propaganda partidaria

En una nueva muestra de cómo el oficialismo formoseño utiliza actos institucionales como plataforma para fines partidarios, el diputado nacional de Unión por la Patria, Luis Basterra, protagonizó lamentables declaraciones durante el acto por el Día de la Bandera realizado en el Estadio Cincuentenario, presidido por el gobernador Gildo Insfrán.

Mientras más de mil estudiantes de 14 escuelas primarias juraban lealtad al símbolo patrio junto a soldados del Ejército y cadetes de la Policía provincial, Basterra aprovechó la ocasión para reivindicar a Cristina Fernández de Kirchner, condenada a seis años de prisión por corrupción, a quien definió como una "perseguida política". En un abierto desprecio por el fallo judicial ratificado por la Corte Suprema, el legislador sostuvo que la exmandataria "será reivindicada por los organismos internacionales de derechos humanos".

Lejos de referirse al verdadero sentido de la fecha patria, Basterra transformó la jornada en un acto de militancia. "La gente no se olvida que los mejores días fueron peronistas", lanzó, en alusión al relato nostálgico que pretende tapar una de las etapas más corruptas y judicialmente probadas de la historia reciente del país. La frase suena especialmente provocadora en una provincia con uno de los niveles más altos de pobreza, dependencia del Estado y falta de libertades públicas.

Más grave aún fue su defensa del llamado "Modelo Formoseño" como ejemplo de organización, solidaridad y progreso, omitiendo deliberadamente que ese mismo modelo se basa en el clientelismo, la censura, la precarización laboral y el adoctrinamiento, como quedó expuesto incluso en el mismo acto donde menores de edad fueron utilizados como escenografía para una puesta política.

Según Basterra, gracias al modelo de Gildo Insfrán "la gente dejó de no reconocerse a sí misma". Una afirmación tan paternalista como ofensiva para una ciudadanía que desde hace más de tres décadas es rehén de un aparato de poder que controla desde las instituciones hasta los medios y recursos públicos.

Que un acto de jura a la bandera sea utilizado para legitimar a condenados por corrupción y al mismo tiempo justificar un sistema de sometimiento político, no es sólo una falta de respeto a la historia nacional: es una alerta roja sobre el uso político de la infancia, el vaciamiento institucional de los símbolos patrios y la necesidad urgente de recuperar el sentido republicano y democrático de nuestras celebraciones.

El silencio del resto de las autoridades presentes ante estas declaraciones no hace más que confirmar que en Formosa, ni los feriados patrios están a salvo del adoctrinamiento y la manipulación.