Insfrán intensifica su campaña electoral con fondos públicos y excluye a las autoridades locales en Las Lomitas
A una semana de las elecciones, el gobernador convierte inauguraciones estatales en actos partidarios y despliega una gira proselitista sin convocar al intendente ni a ningún representante institucional de la localidad.

A una semana de los comicios provinciales que definirán el futuro político de Formosa, el gobernador Gildo Insfrán redobla su ofensiva electoral con una serie de inauguraciones de obras públicas que, lejos de tratarse de actos institucionales, se convierten en plataformas proselitistas a su servicio.
En este marco, la localidad de Las Lomitas se convirtió en una clara muestra del uso arbitrario del Estado con fines electorales: el mandatario provincial desembarcará este lunes con un cronograma cargado de actos, sin siquiera haber invitado al intendente Atilio Basualdo ni a concejales o autoridades locales.
La maniobra no sorprende. Basualdo, que abandonó el oficialismo con fuertes críticas y denuncias, se posicionó como uno de los principales opositores al "Modelo Formoseño" y hoy compite como candidato a Convencional Constituyente por La Libertad Avanza, el espacio alineado con el presidente Javier Milei.
Su enfrentamiento con Insfrán se da en un contexto marcado por una histórica concentración de poder y un esquema de reelección indefinida que el propio gobernador busca blindar con la reforma constitucional del 29 de junio.
Según la prensa oficial, Insfrán encabezará este lunes una jornada maratónica de inauguraciones en localidades del centro provincial, bajo la consigna de "fortalecer el desarrollo provincial desde la educación, la salud y lo social". En Estanislao del Campo, Pozo del Tigre, La Línea, El Perdido, El Vertedero y finalmente en Las Lomitas, dejará inauguradas escuelas, centros de salud, obras hídricas y oficinas públicas, en una puesta en escena electoral cuidadosamente diseñada para presentar al "Modelo Formoseño" como sinónimo de progreso.
Sin embargo, lo que no menciona la prensa oficial es la exclusión deliberada de las autoridades municipales de Las Lomitas, donde a las 16:45 está previsto que el gobernador habilite un centro de salud, varias escuelas, una sucursal bancaria, el Registro Civil y la Casa de la Solidaridad. Todas estas obras ejecutadas con recursos del Estado, pero presentadas como logros personales del gobernador, quien impone un blindaje político y mediático a cada uno de sus actos.
Este tipo de actos oficiales convertidos en mitines de campaña es una práctica habitual del gildismo, que utiliza sin pudor el aparato estatal para asegurar su continuidad en el poder.
La omisión de las autoridades elegidas por el pueblo de Las Lomitas no es un error ni una desorganización: es una muestra explícita de desprecio institucional y una forma de disciplinamiento político hacia quienes se atreven a abandonar la obediencia debida al gobernador.
En plena cuenta regresiva hacia las urnas, la figura de Atilio Basualdo cobra peso como emblema de la ruptura interna del peronismo local y del creciente rechazo social a una estructura política que hace décadas gobierna con lógica de sumisión, castigo y favores.
El gobernador Insfrán, en lugar de apelar a un debate democrático y abierto, sigue eligiendo la propaganda y la imposición verticalista, convencido de que puede seguir gobernando Formosa como un feudo personal.
Pero esta vez, la exclusión y el autoritarismo podrían tener un costo. Porque mientras inaugura edificios, las urnas pueden empezar a clausurar ciclos.