¿Qué festeja Gildo Insfrán? El gobernador perdió en dos categorias y montó un acto triunfal con 64 candidatos derrotados en Las Lomitas
En una puesta en escena insólita, el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, encabezó este viernes una reunión con más de 60 dirigentes del Partido Justicialista de Las Lomitas, a quienes recibió en la Casa de Gobierno en la ciudad capital —a más de 300 kilómetros de distancia— para fotografiarse con los candidatos de los sublemas que, según el relato oficial, "ganaron" las elecciones del pasado 29 de junio en esa localidad del oeste provincial. En serio?

La postal de "compañeros y compañeras", difundida por la Agencia de Noticias oficial Agenfor como si se tratara de un portal partidario, muestra al gobernador sonriente, flanqueado por un ejército de dirigentes lomitenses que fueron parte de los 16 sublemas que impulsó el PJ en la categoría concejales. La escena plantea una pregunta tan elemental como incómoda: ¿Qué festeja Gildo Insfrán?
Porque los números son elocuentes. La "victoria" que celebra el oficialismo no es tal. La lista Azul del Modelo Formoseño fue derrotada en dos de las tres categorías clave: perdió en convencionales constituyentes por 247 votos (4548 de la oposición contra 4301 del PJ), y también fue superada en la categoría de diputados provinciales por 196 votos (4499 de la oposición contra 4303 del PJ). Solo en concejales logró imponerse por una diferencia mínima de 117 votos frente a La Libertad Avanza y el Frente Amplio Formoseño.
Y ese magro margen no fue producto de una victoria clara, sino del uso abusivo del mecanismo de la Ley de Lemas, que permitió juntar votos de 16 sublemas, con 64 candidatos a concejales apadrinados por la estructura provincial, contra solo una lista opositora encabezada por Pablo Basualdo, que en soledad obtuvo el 44% de los votos. En comparación, el candidato más votado del PJ apenas alcanzó el 14%.
¿Se justifica entonces movilizar a más de 60 personas desde Las Lomitas hasta la Casa de Gobierno para una foto? ¿Es necesario semejante despliegue con fondos públicos para celebrar una "victoria" obtenida con una maquinaria clientelar descomunal, en una elección marcada por el apriete a empleados municipales, el uso obsceno de recursos del estado, y la falta de condiciones de equidad democrática?
El intento del gobernador por construir un relato triunfalista en medio de una evidente pérdida de respaldo popular en Las Lomitas no solo resulta artificial, sino ofensivo para la inteligencia del electorado. ¿Puede llamarse victoria a una elección en la que se necesita movilizar 64 candidatos de 16 listas, para opacar que una sola lista opositora gane una banca?
Tal como afirmó recientemente el analista político Fernando Piciottano: "Salir primero no siempre significa ganar una elección". Y en Las Lomitas, el PJ de Insfrán salió raspando, mientras que la oposición se consolidó como mayoría social, ganando dos de las tres categorías disputadas.
La crónica de Agenfor, que abre con el clásico "Compañeros y compañeras", presenta al gobernador como un conductor que "alentó a continuar trabajando por el bienestar de todos los lomitenses". Pero en la práctica, lo que presenciamos es el intento desesperado de maquillar un retroceso electoral evidente con un acto publicitario orquestado desde el poder, trasladando al aparato político para una foto que ni los votos, ni la calle, ni la legitimidad popular parecen respaldar .
En definitiva, ¿qué festeja Gildo Insfrán?
Una victoria fabricada por el sistema, con la cancha inclinada, recursos públicos a disposición y un relato oficial que choca cada vez más con la realidad de las urnas.