"No soy un expediente, soy una madre": el desesperado pedido de Nahiara Villalba por su hijo y contra una justicia indiferente
"Por mí, por mi hijo, por todas". La formoseña Nahiara Villalba alzó su voz contra el abandono judicial y la violencia institucional que atraviesan muchas madres. Denuncia manipulación, amenazas y un sistema que le da la espalda. "Mi hijo no es un objeto, es un niño con derechos. Y yo voy a luchar hasta el final".
La historia de Nahiara Villalba: el grito silenciado de una madre formoseña que clama por justicia y por su hijo
En medio de un sistema judicial que parece mirar para otro lado, la formoseña Nahiara Villalba se planta con fuerza para contar su historia. Una historia marcada por el miedo, la manipulación, el abandono institucional y una lucha desesperada por no ser separada de su hijo de apenas 5 años.
"Hace tres años me separé. Mi hijo vivió casi toda su vida en Clorinda, donde está toda mi familia. Pero por amenazas, por miedo y por no tener cómo afrontar un juicio, terminé volviendo a Corrientes, sola, sin red, sin recursos", relató con crudeza.
Nahiara asegura que fue engañada. "El padre de mi hijo me prometió que si regresaba, no me iba a pelear la tenencia. Me mintió. En la audiencia de junio ante la jueza de Corrientes no me dejaron hablar, no se escuchó mi historia, y se falló a favor de él, dándole la tenencia provisoria sin evaluar el entorno emocional del niño ni su vínculo con su hermana bebé".
La situación se volvió más grave cuando —según denuncia— el padre, con el respaldo de la justicia, intentó llevarse al niño de madrugada y de forma intimidante. "La jueza de Clorinda firmó la orden de traslado como si yo no existiera. Como si mi historia no importara. ¿Dónde está la justicia para las madres?".
Pese a contar con el acompañamiento de una abogada comprometida y un abogado que presentó detalladamente el contexto de violencia y vulnerabilidad que rodea su caso, las instituciones —asegura— le siguen cerrando las puertas. "Hice denuncias por amenazas. Fui a la OVI. Nadie me escuchó. Minimizan todo. ¿Qué más tiene que pasar para que las madres tengamos voz en este sistema?"
Villalba subraya que no busca impedir el vínculo entre su hijo y el padre, pero sí pide respeto, humanidad y un proceso justo. "Mi hijo tiene derecho a ver a su papá, pero no es un objeto. No puede ser arrancado de su vida cotidiana sin considerar el daño emocional".
Hoy, su hijo continúa con ella, pero bajo amenaza constante de restitución forzada. "Vivimos encerrados, con miedo. Miedo a que me lo arrebaten, a que el daño sea más rápido que la justicia".
La historia de Nahiara es también la historia de muchas mujeres que, al enfrentar el poder, el desinterés institucional y los prejuicios del sistema judicial, son revictimizadas y silenciadas.
"Les pido que me miren. No soy un papel olvidado en un cajón. Soy una madre que solo quiere criar a su hijo con amor. Y no me van a callar", concluye.
Su testimonio es un llamado urgente: a jueces, fiscales, funcionarios y a la sociedad. A mirar, a escuchar y, sobre todo, a no seguir fallando donde más duele.