"No me voy a callar más": el grito de una madre y periodista formoseña contra un sistema que busca arrebatarle a su nieto
María Villalba, periodista de Clorinda, denuncia allanamientos desmedidos, irregularidades judiciales y un proceso plagado de arbitrariedades en la restitución del hijo de su hija Nahiara. "No está en rebeldía, está en miedo. Y el miedo también es instinto materno", aseguró en declaraciones a Radio Parque.

Una madre que clama justicia, una abuela que se resiste al silencio y una periodista que decide visibilizar lo que muchos prefieren callar. María Villalba, reconocida comunicadora de Clorinda, se convirtió en vocera del drama judicial que atraviesa su hija Nahiara Villalba, quien lucha desesperadamente por no ser separada de su hijo de cinco años en un proceso de restitución plagado de inconsistencias y atropellos.
"Mi hija tiene dos hijos: uno de cinco años y una bebé de un año. Hace tres años que se separó del padre del mayor, y desde entonces comenzó un calvario judicial. Ahora piden que lo restituyan, pero sin fundamentos claros. En ningún lugar del expediente dice que ella tenga problemas mentales, que sea adicta, que esté en prostitución, o que el entorno del niño sea peligroso. No hay pruebas, solo una decisión que parece tomada desde otro lado", denunció Villalba.
El caso, que se tramita entre Corrientes y Clorinda, generó preocupación por la forma en que se ha procedido judicialmente. La abogada de la joven madre presentó un extenso escrito de 15 páginas donde expone las irregularidades de la audiencia y la parcialidad de la magistrada interviniente, la jueza Infante, quien finalmente fue apartada de la causa.
"¿Cómo puede ser que la balanza esté siempre inclinada hacia un solo lado? Se trata del derecho de un menor. No se preguntó quién fijó la cuota alimentaria, no se indagó en la vida del niño, no se miró el entorno real. ¿Eso es justicia?", se preguntó la periodista, visiblemente conmovida.
Allanamientos de película y silencio institucional
Pero lo que más indigna a la familia es el operativo desmedido que se llevó a cabo para ejecutar el exhorto judicial de Corrientes. "Allanaron mi casa como si fuéramos narcos. Diez policías con chalecos, camionetas, motos, buscando a un niño. Después fueron a la casa de mi mamá de 80 años y a la de mi hermano. ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Pedir justicia?", cuestionó.
Villalba explicó que su hija no está prófuga, ni detenida, ni oculta: "No está presa domiciliaria, simplemente no estaba en casa ese día. Está en desobediencia, sí, pero no por rebeldía: es miedo, es instinto de madre. Ella quiere que su hijo vea al padre, que compartan momentos, pero no que se lo arrebaten de forma violenta e injusta".
"No pido privilegios, pido justicia"
La periodista fue categórica al denunciar el trasfondo político de estas decisiones: "Nos dicen que están enojados en el juzgado por lo que publicamos, ¿eso es lo que está mal? ¿Pedir que se escuche a una madre? ¿Qué tiene de malo pedir justicia?".
En un pedido desesperado, exigió la intervención del Defensor del Pueblo de Formosa: "Soy formoseña, soy clorindense. No pido privilegios, pido que nos defiendan. Yo soy una abuela, una madre, una guerrera, una leona. Y no me voy a callar más".
Finalmente, extendió su reclamo más allá de su caso personal: "Esto no es solo por mi hija y mi nieto. Es por tantas otras mujeres que hoy están siendo silenciadas, perseguidas, y que no saben a quién acudir. A todas ellas también les quiero dar voz".
El testimonio de María Villalba desnuda no solo una batalla legal, sino una lucha contra un sistema que muchas veces actúa de espaldas a las mujeres, a la infancia y a la verdad. En Clorinda, una abuela-periodista se planta frente al poder y dice basta. Porque el amor, la maternidad y la justicia no deberían ser incompatibles.