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Martes 14 de Octubre, 2025
 
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"Ocampo y Barrios son víctimas de Cabrera": los hijos de "Agüita" marcharon entre gritos de "asesino" y reclamos de justicia en Ibarreta

Entre llantos, pancartas y el grito unánime de "¡Justicia por Agüita!", los hijos del contratista Ramón "Agüita" Ocampo encabezaron una emotiva y valiente marcha en Ibarreta que culminó frente a la empresa del diputado Armando Felipe Cabrera, a quien acusan de ser el responsable político y moral de la muerte de su padre.

En medio de un clima de miedo, silencio y opresión, los hijos de Ramón "Agüita" Ocampo —el contratista que apareció muerto en circunstancias rodeadas de irregularidades y sospechas— encabezaron una ruidosa marcha por las calles de Ibarreta, exigiendo justicia y denunciando un entramado de encubrimiento que, según ellos, busca garantizar la impunidad del poder político provincial.

La movilización partió desde el barrio Gildo Insfrán, donde vivía la familia, y avanzó por las principales calles de la localidad hasta llegar a la empresa del diputado y presidente de la Legislatura provincial, Armando Felipe Cabrera, el mismo lugar donde —según los manifestantes— se originó el conflicto que terminó con un concejal baleado y con "Agüita" asesinado.

Al llegar al frente del predio, los cánticos se hicieron escuchar con fuerza:

"¡Asesino! ¡Justicia por Agüita!", gritaron los hijos y vecinos, mientras sostenían carteles que decían: "Ocampo y Barrios, ambos son víctimas de Cabrera".


 
🔹 Un reclamo contra el silencio y la impunidad

Los familiares aseguran que la versión oficial, que presentó la muerte como un "suicidio", es una farsa destinada a proteger a Cabrera y a su entorno político.

Desde el primer momento, desmintieron categóricamente el relato policial:

Afirmaron que no hubo rastrillaje ni búsqueda policial.
Denunciaron que el cuerpo fue hallado por los propios familiares, no por la Policía.
Mostraron pruebas de que "Agüita" tenía lesiones, hematomas y marcas de defensa.
Aportaron imágenes que evidencian que el auto tenía un disparo en la puerta del conductor.
Señalaron que ningún vecino escuchó disparos y que el cuerpo fue "plantado" en el lugar.
Además, acusaron irregularidades graves en la documentación oficial: el acta de defunción, según denunciaron, fue adulterada, indicando una hora de muerte posterior a la encontrada por los hijos.

 
🔹 "Mi padre no se suicidó, lo mandaron a matar"

Los hijos del contratista repiten con dolor pero con convicción:

"Mi papá no se suicidó. Lo mandaron a matar porque le debían millones por las obras que hizo para Cabrera."
Según relataron, su padre había salido de su casa decidido a cobrar una millonaria deuda o paralizar las obras que estaba realizando para el diputado. Antes de su muerte, habría mantenido una comunicación directa con Armando Felipe Cabrera, quien le prometió "resolver todo" después de una fuerte discusión con el administrador de sus empresas.

Esa misma noche, el administrador —también concejal electo de Ibarreta— terminó baleado, y Ramón Ocampo apareció muerto.

 
🔹 Acusación directa a Cabrera

Durante la marcha, los familiares apuntaron sin eufemismos al poder político:

"Cabrera es el responsable. Mi papá salió de su casa a cobrar lo que le debían y no volvió más. Los dos, Ocampo y Barrios, son víctimas de Cabrera", gritó uno de los hijos frente a la empresa del legislador.
Acompañados por vecinos, trabajadores y amigos de la familia, exigieron que la Justicia actúe con independencia y que se investigue a fondo el rol del diputado y de su entorno empresarial.

 
🔹 Un pueblo que perdió el miedo

La movilización en Ibarreta marcó un antes y un después. En una provincia donde el silencio suele ser la norma, la familia Ocampo decidió romperlo con el grito más incómodo para el poder: "Justicia por Agüita".

El pueblo acompañó con aplausos, bocinazos y lágrimas una marcha que no fue sólo por un hombre, sino por la dignidad de muchos que siguen esperando que la verdad prevalezca sobre el poder y la impunidad.