Marcelo Sosa y el sueño imposible: el concejal denunciado que quiere a Insfrán presidente
Mientras acumula denuncias por violencia de género y abuso sexual, el concejal justicialista Marcelo Sosa reapareció en la escena política con declaraciones que generaron indignación incluso dentro del propio peronismo formoseño. Con un tono mesiánico y sin pudor alguno, Sosa pidió públicamente que Gildo Insfrán sea candidato a presidente de la Nación, asegurando que sería "algo muy bueno para Argentina".
Una defensa interesada del "Modelo Formoseño"
Desde su rol en la llamada intendente paralela —una estructura política creada y financiada por el gobierno provincial para intentar debilitar la gestión de Jorge Jofré, jefe comunal de la ciudad de Formosa y potencial sucesor de Insfrán—, Sosa ensayó un discurso de lealtad casi religiosa hacia el mandatario provincial.
"El Modelo Formoseño es un proyecto político que no abandona a nadie", sostuvo, en alusión a un sistema que lleva más de tres décadas en el poder, sostenido por la dependencia económica, la falta de alternancia y el disciplinamiento político.
El insólito "operativo clamor"
Las palabras del concejal se suman a un incipiente operativo clamor que intenta instalar la idea de una candidatura presidencial de Insfrán, justo cuando la Corte Suprema de Justicia analiza si le permitirá seguir reelección tras reelección en Formosa. En ese contexto, los elogios de Sosa suenan menos a convicción y más a obediencia: un gesto calculado para agradar al poder que lo sostiene, pese a su cuestionado historial personal y político.
Un funcionario con antecedentes que restan credibilidad
Marcelo Sosa no es precisamente una figura intachable dentro del peronismo local. Las denuncias por violencia de género y abuso sexual que pesan sobre él, junto con su rol en la estructura paralela que compite con la Municipalidad capitalina, lo convierten en un vocero incómodo de un modelo que se presenta como defensor de los derechos y la justicia social.
Resulta, cuanto menos, paradójico que quien enfrenta acusaciones de esa gravedad pretenda pontificar sobre los valores del "Modelo Formoseño" o exalte la figura de un gobernador que ya acumula más de 36 años en el poder ejecutivo.
Una declaración que expone más de lo que pretende disimular
En definitiva, las palabras de Sosa no hacen más que revelar la inseguridad política del insfranismo, que busca prolongarse en el tiempo aún a costa de promover voceros desacreditados y discursos vacíos. En vez de fortalecer al peronismo, declaraciones como estas dejan al descubierto el agotamiento de un sistema que ya no convence ni siquiera con sus propios relatos.
"Sosa no habló como dirigente, sino como súbdito. Y su clamor por Insfrán presidente no es una expresión de deseo, sino una muestra de miedo."