Insfrán despliega su maquinaria de persecución contra Paoltroni: causas exprés, difamación oficial y un operativo mediático para "destruir al senador libertario"
El régimen de Gildo Insfrán volvió a poner en marcha su engranaje más conocido: la combinación entre Justicia provincial, aparato comunicacional estatal y voceros del Modelo Formoseño para perseguir, disciplinar y destruir políticamente a cualquier figura opositora que se atreva a desafiarlo.
Esta vez, la víctima es el senador libertario Francisco Paoltroni, convertido en una de las voces más incómodas del oficialismo por su impulso al pedido de Intervención Federal a la provincia.
La campaña se intensificó tras la publicación de una nota de la agencia oficial de noticias del gobierno, presentada como un parte "informativo", pero que en realidad forma parte de un operativo político mucho más amplio: el dispositivo mediático bautizado puertas adentro como "destruir a Paoltroni".
El aparato propagandístico del Modelo Formoseño en acción
La ofensiva no se limita a difundir datos judiciales: viene acompañada por una campaña coordinada en los medios públicos provinciales, donde irrumpen —como de costumbre— los voceros más controversiales del régimen, entre ellos:
Jorge González, el omnipresente "superministro" de Gobierno, Seguridad, Justicia y Trabajo, denunciado nacionalmente por acoso y abuso sexual por una alta funcionaria de su área.
Mario Brignole, intendente de El Colorado, denunciado por nepotismo, corrupción, enriquecimiento ilícito y que arrastra dos condenas del Superior Tribunal de Justicia por abuso de autoridad contra la oposición.
Ambos, sin restricciones ni controles, utilizan medios estatales para injuriar sin límites, instalar sospechas, destruir reputaciones y blindar políticamente al régimen.
El mismo mecanismo que Insfrán usa desde hace décadas para disciplinar opositores, periodistas, docentes, empleados públicos y cualquier figura disidente.
Causas, embargos y la coincidencia política que ya nadie puede negar
El parte oficial difundido esta semana insiste en que el Senado de la Nación ya fue notificado de medidas judiciales contra Paoltroni por presuntos desmontes ilegales vinculados a varias firmas de su entorno societario.
Pero los hechos muestran una sincronización más política que judicial.
En pocos meses, tanto la Justicia Federal como la Justicia provincial embargaron ingresos e inmuebles del senador:
Embargo Federal de $134 millones, ordenado por la jueza Belén López Macé, por una causa vinculada a cheques desconocidos en la sucursal del Banco Nación en Quitilipi.
Nuevos embargos del Poder Judicial de Formosa, notificados directamente al Senado, por multas administrativas del Ministerio de la Producción relacionadas con desmontes en Ibarreta, Estanislao del Campo y Subteniente Perín. Según fuentes administrativas, las medidas alcanzan primero a 904 hectáreas, pero -aseguran que- el total de las sanciones por desmontes sin autorización superaría las 2.239 hectáreas.
La lectura es inevitable: no se trata sólo de procesos judiciales; se trata de un mensaje político. Cada vez que Paoltroni endurece su crítica al régimen, aparece una nueva causa, un nuevo embargo o una nueva filtración "oficial" a los medios del Estado.
El relato oficial: entre denuncias económicas y la obsesión por vincularlo a la Intervención Federal
La nota de la agencia gubernamental no sólo detalla los expedientes judiciales. También difunde versiones de supuestas compras "en negro" de hacienda por parte de Ganaderos de Formosa S.R.L., insinuando evasión fiscal y lavado de activos, sin aportar evidencia concreta, pero amplificando testimonios que se reproducen sin contraste.
El objetivo es claro:
Posicionar a Paoltroni como un empresario oscuro, un político corrupto y un enemigo del ambiente, mientras se lo vincula insistentemente a la campaña por la Intervención Federal.
El libreto está escrito hace años: primero se destruye la reputación, luego se desacredita la causa política.
El sector ganadero opina, pero el gobierno arma la narrativa
En el campo existen debates genuinos sobre el crecimiento patrimonial del senador: dicen que pasó de 141 cabezas de ganado a 3.390 en siete años.
También hacen circular versiones sobre un supuesto "modus operandi" de compra en negro a pequeños productores para luego vender hacienda "blanqueada" en la Sociedad Rural de Comandante Fontana, como si todos los funcionarios provinciales y sus testaferros comprarian a los pequeños productores hacienda en blanco.
Nado sincronizado
Sin embargo, resulta llamativo que estas voces —muchas reales, otras amplificadas— aparezcan todas juntas, coordinadas y con difusión masiva, justo cuando Paoltroni se convierte en el principal impulsor del reclamo de Intervención Federal.
Es evidente que el oficialismo busca instalar sospechas económicas como herramienta para destruir su credibilidad política.
Un operativo para destruir a un opositor que amenaza al poder
La ofensiva contra Paoltroni se da en un contexto político sensible:
El pedido de Intervención Federal crece en discusión nacional.
La crisis interna del Kirchnerismo y del régimen insfranista se profundiza.
El senador libertario armó alinza con la LLA de Formosa lidera Atilio Basualdo.
Por eso, el régimen activa su manual:
Causas judiciales.
Embargos publicitados en medios estatales.
Operativo mediático coordinado.
Voceros oficiales acusando, injuriando y desacreditando.
Presión política y económica para disciplinar.
Es la misma matriz utilizada durante décadas en Formosa.
¿Justicia o persecución? La pregunta que exige respuesta
Más allá de las causas reales o las sospechas sobre la actividad económica del senador, el contexto político deja una conclusión inevitable:
El régimen utiliza al Estado provincial —sus tribunales, sus medios, sus funcionarios y sus recursos— para perseguir a un opositor que hoy representa la amenaza electoral más seria a la continuidad del feudo.
No se trata sólo de Paoltroni:
se trata del mensaje que el poder envía a cualquiera que se anime a desafiarlo.
La operación en curso es, en realidad, un espejo del sistema insfranista:
quien cuestiona, quien investiga, quien denuncia o quien compite… es destruido.
La historia política de Formosa ya lo vio incontables veces.
El país vuelve a verlo hoy.