El Interbloque de UP repudia la detención de De Vido, pero calla ante años de corrupción, impunidad y el verdadero drama institucional argentino
El Interbloque de Unión por la Patria en el Senado, conducido por el formoseño José Mayans, volvió a instalar el libreto ya conocido: denuncias de "persecución política", "partido judicial" y "regímenes autoritarios", esta vez en defensa del exministro kirchnerista Julio De Vido, condenado por la Tragedia de Once y con múltiples procesamientos por hechos de corrupción que marcaron a fuego la política argentina.
Mientras la Justicia ordenó su detención para cumplir la pena de cuatro años en cárcel común, el bloque K difundió un comunicado en el que califica la medida como "arbitraria" y acusa al Gobierno nacional de "disciplinar a la dirigencia nacional y popular".
El mismo discurso que el kirchnerismo entona cada vez que uno de sus referentes enfrenta responsabilidades penales por actos cometidos en el ejercicio de la función pública.
El repudio selectivo: UP defiende a De Vido, pero ignora a las víctimas
En su comunicado, UP habla de "vejaciones", "violación a los derechos humanos", "persecución violenta" y hasta "disciplinamiento político".
Lo que no menciona —ni mencionó nunca— es lo esencial:
Julio De Vido fue condenado por hechos gravísimos que derivaron en la muerte de 51 personas en la Tragedia de Once.
Ese es el punto que el Interbloque prefiere ocultar detrás de consignas partidarias.
Tampoco hubo una sola línea de solidaridad con los familiares de las víctimas, ni una reflexión sobre el rol del Estado en la corrupción que permitió una de las peores tragedias ferroviarias del país.
La narrativa del "partido judicial": un recurso desgastado
UP insiste en que la detención es parte de una "persecución política" impulsada por "jefes económicos y mediáticos".
Sin embargo, omite deliberadamente que:
La condena a De Vido fue ratificada por Cámara Federal, por Casación y por la Corte Suprema.
Todos los procedimientos fueron realizados con pleno derecho a defensa.
La orden de detención responde a reglas procesales aplicadas a cualquier ciudadano condenado.
Hablar de "persecución" cuando existe sentencia firme es un intento de deslegitimar al sistema judicial cada vez que falla contra dirigentes propios.
Mayans y UP: más alineados con los procesados que con la institucionalidad
El comunicado del bloque que preside José Mayans repite el tono de victimización al que el oficialismo formoseño nos tiene acostumbrados.
Mayans —quien en Formosa respalda un modelo provincial cuestionado por arbitrariedad, manipulación institucional y falta de independencia judicial— intenta ahora mostrarse como defensor de los derechos humanos… pero sólo cuando el acusado es un dirigente K.
Ninguna palabra sobre:
La impunidad estructural que benefició durante años a funcionarios involucrados en sobreprecios, obra pública direccionada o desvío de fondos.
La responsabilidad política de De Vido en múltiples causas de corrupción.
La necesidad de que los condenados por delitos graves cumplan sus penas como cualquier ciudadano.
El relato que compara decisiones judiciales con golpes de Estado
UP incluso intenta vincular la detención de De Vido con episodios históricos como 1955 o 1976, afirmando que existe un "plan sistemático de persecución violenta".
Esa comparación no sólo es exagerada: es una banalización peligrosa de los procesos históricos de violencia estatal.
Equiparar la aplicación de una sentencia judicial con golpes militares es una estrategia comunicacional destinada a confundir, victimizar y polarizar, no a defender principios democráticos.
La defensa de De Vido no interpela al país: lo incomoda
En un contexto donde la sociedad atraviesa dificultades económicas reales, UP elige concentrar su energía política en defender a un exministro condenado.
En vez de ofrecer propuestas para mejorar la institucionalidad, insiste en la idea de que cualquier investigación a sus dirigentes es un acto de persecución.
Ese guion ya no convence ni a propios ni a ajenos:
la corrupción comprobada no puede transformarse en heroísmo épico, y la Justicia actuando no puede ser presentada como ataque a la "patria".
Conclusión
Mientras el Interbloque de UP promete "unidad del campo nacional" para defender a De Vido, una parte importante del país se pregunta:
¿Qué es más grave: que un exministro condenado sea detenido, o que un sector político siga justificando, encubriendo y relativizando hechos de corrupción que costaron vidas?
En lugar de condenar la impunidad, UP la abraza.
En lugar de respetar la Justicia, la ataca.
En lugar de acompañar a las víctimas, reivindica a los responsables.
Y en ese gesto se resume su verdadera prioridad:
la protección del poder propio, incluso por encima de la verdad y de la institucionalidad democrática.