Nacif se suma al operativo oficialista: exhibe un "apoyo incondicional" armado desde el poder y firmado en nombre de las comunidades originarias
La crisis interna que atraviesa el régimen de Gildo Insfrán —expuesta en los enfrentamientos públicos entre Niltón Werning (Laguna Yema) y Antonio Caldera (Los Chiriguanos)— generó un nuevo operativo que busca recomponer la imagen del oficialismo en el oeste provincial.
Ahora fue el turno del intendente de Ingeniero Juárez, Rafael Nacif, un dirigente que pasó del radicalismo al gildismo, quien difundió un supuesto "documento de apoyo incondicional" al gobernador, atribuido a caciques y dirigentes de distintas comunidades tobas.
La maniobra no sorprende: Nacif es uno de los intendentes más alineados al poder central y su repentino entusiasmo por "reafirmar el liderazgo" de Insfrán se da exactamente en medio del operativo provincial para desacreditar al senador Francisco Paoltroni, frenar el debate nacional sobre la Intervención Federal y contener los conflictos territoriales que estallaron dentro del propio peronismo.
Un documento calcado del manual de propaganda del Modelo Formoseño
El texto difundido por Nacif repite, palabra por palabra, el discurso oficial del insfranismo:
"Incondicionalmente respaldamos a nuestro líder y hermano Dr. Gildo Insfrán".
"Sacó adelante a nuestra provincia y puede resucitar al peronismo en el país".
"Rechazamos la intervención provincial".
"Aquí solo hay apoyo, fe, confianza y lealtad".
Son consignas que no reflejan la realidad del oeste formoseño, sino la narrativa que el Gobierno provincial busca instalar para mostrar un "respaldo popular" que, en los hechos, viene resquebrajándose por la pobreza, la falta de infraestructura, la precarización laboral y la histórica deuda del Estado con las comunidades originarias.
El uso político de las comunidades: una práctica habitual del régimen
El escrito, que reivindica a Insfrán como el "garante de la identidad étnica, la educación bilingüe y la personería jurídica", omite cuestiones centrales:
La profunda desigualdad en los pueblos indígenas del oeste.
La falta de agua potable en decenas de comunidades.
Los años de desatención sanitaria y alimentaria.
Los desplazamientos forzados y conflictos por tierras.
La ausencia de participación real en la toma de decisiones.
Las comunidades originarias fueron históricamente utilizadas como simbología política del régimen: aparecen en fotos, en actos y, como en este caso, en "documentos de apoyo" que rara vez se discuten de manera libre, autónoma o fuera de las estructuras del poder local.
Nacif, un intendente sin independencia política que habla en nombre de todos
Que el documento sea publicado por Rafael Nacif —y no por una organización indígena real, autónoma y representativa— ya revela el carácter político de la maniobra.
Nacif no es un intermediario neutral: es un intendente que saltó del radicalismo al gildismo y cuya gestión depende por completo de los recursos que la provincia decide enviar o retener.
En el contexto actual, su pronunciamiento funciona como:
Un gesto de obediencia hacia el poder provincial.
Un intento de mostrar unidad forzada tras los escándalos entre intendentes oficialistas.
Una operación para blindar a Insfrán ante el avance nacional del debate por la Intervención Federal.
Un mensaje hacia las comunidades para mantenerlas alineadas, incluso cuando la realidad desmiente la propaganda gubernamental.
El contraste entre el relato oficial y la vida real en el oeste
Mientras Nacif asegura que Insfrán "estuvo, está y estará siempre al lado" de las comunidades, basta recorrer los parajes del oeste —como La Rinconada, La Pantalla, El Potrillo o La Primavera— para observar:
Falta de agua.
Caminos destruidos.
Escuelas precarias.
Puestos sanitarios sin insumos.
Pérdida de tierras ancestrales.
Desigualdad estructural.
Un documento leído desde un escritorio municipal jamás podrá ocultar esa realidad.
Conclusión
El pronunciamiento difundido por Nacif no es un gesto espontáneo de las comunidades tobas:
es parte del operativo político del Gobierno provincial para retomar control territorial, contrarrestar las tensiones internas y enviar un mensaje disciplinador en plena discusión sobre la Intervención Federal.
El intendente, lejos de representar una voz independiente, actúa como un engranaje más del sistema de propaganda del Modelo Formoseño, que usa la identidad indígena como escudo político mientras mantiene al oeste en una situación de atraso histórico.
El apoyo "incondicional" no tapa el problema real:
la crisis política e institucional del régimen ya se volvió inocultable, incluso en su propio territorio.