Mayans denuncia lo que practica el régimen feudal formoseño que integra
El senador formoseño José Mayans criticó la justicia argentina por falta de división de poderes, olvidando que representa al gobierno más autoritario y feudal del país.
En una muestra de cinismo político pocas veces tan evidente, el senador nacional por Formosa y jefe del bloque de Unión por la Patria, José Mayans, arremetió contra el Poder Judicial de la Nación por el fallo que confirmó la condena por corrupción contra Cristina Fernández de Kirchner. Lo insólito no es la crítica en sí, sino quién la formula: un dirigente que durante décadas ha sido parte del esquema de poder más concentrado, antidemocrático y represivo de la Argentina, el régimen de Gildo Insfrán en Formosa.
🔹 "No hubo debido proceso", dice Mayans, olvidando que en Formosa directamente no hay justicia independiente."
Desde su banca en el Congreso, Mayans se permitió advertir que "tras cuarenta años de democracia, no hay división de poderes ni respeto por el Estado de derecho", responsabilizando a un "Poder Judicial que responde a los intereses del grupo de Lago Escondido". Pero el legislador parece haber olvidado que en su provincia natal, la justicia no sólo no es independiente, sino que es un apéndice directo del Poder Ejecutivo provincial, utilizada para perseguir a opositores, silenciar a la prensa crítica y garantizar la perpetuidad de un caudillo que lleva más de 36 años en el poder ejecutivo y más de 40 años acumulando poder.
Mayans, hombre del riñón político de Insfrán, denuncia proscripciones ajenas mientras acompaña con su silencio —y sus votos— un régimen que proscribe en los hechos: mediante el uso del aparato estatal, la manipulación electoral con la Ley de Lemas, el clientelismo y la represión.
🔹 "La condena a Cristina tuvo múltiples instancias y pruebas. En Formosa, las condenas se dictan en despachos partidarios."
"El fallo de ayer es político", lanzó el senador, refiriéndose a la decisión de la Corte Suprema que confirmó la condena a Cristina Kirchner por administración fraudulenta. Según Mayans, se trató de "un misil dirigido a la persona que representa a un sector político importante del país", y agregó que "no hubo debido proceso", describiendo una justicia "corrupta" y "embanderada con un sector del poder económico".
Pero lo que omite el jefe del bloque kirchnerista es que los jueces que condenaron a la ex presidenta fueron designados en su mayoría por los propios gobiernos kirchneristas, y que el proceso judicial incluyó múltiples instancias y una montaña de pruebas documentales y testimoniales. La estrategia de victimización no logra ocultar la contundencia de los hechos: hubo delito, hubo condena, y ahora hay sentencia firme.
🔹 "Mayans debería indignarse menos con Comodoro Py y más con lo que pasa en los tribunales de Formosa."
Más aún, Mayans acusa una supuesta "proscripción" judicial de Cristina Kirchner, cuando en realidad lo que pesa sobre ella es una inhabilitación como consecuencia de una condena penal firme, dictada con todas las garantías constitucionales.
La verdadera proscripción, como bien sabe el pueblo formoseño, es la que impide competir en igualdad de condiciones, la que controla los medios, las elecciones, la justicia y hasta el empleo público, como ocurre en su provincia bajo el poder de Gildo Insfrán.
🔹 "Hablan de democracia desde un territorio donde el poder no rota, la justicia no investiga y la gente no elige libremente."
La paradoja es feroz: quien habla de "ausencia de Estado de derecho" es parte de un régimen que hace 30 años lo pisotea en Formosa. José Mayans, en vez de indignarse por la supuesta falta de garantías judiciales en Comodoro Py, debería comenzar por exigir que en su tierra se respete el derecho a opinar distinto, a protestar sin ser reprimido, a elegir sin trampas y a acceder a una justicia verdaderamente independiente.
Porque, en política como en la vida, hay algo peor que el cinismo: creerse impune mientras se señala con el dedo a los demás.